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¿Puede más el problema que la solución?


Muchas parejas que conozco han vivido situaciones terribles, porque en algún momento sus esposos se han dejado llevar por otra mujer, por situaciones en las que la economía del hogar no es la que en un momento dado creíamos tener, los hijos están en problemas, la familia, en fin son mucho motivos, pero es el momento de acudir a la oración, de recordar las palabras del día de nuestro matrimonio, es una tendencia que se nos olvida, y lo más grave es que lo hemos hecho en el altar frente a Dios, frente a los testigos que estuvieron en nuestra boda. Esas palabras que a menudo se nos olvidan son: Yo, NN ...te quiero a ti..., como esposa(o) y me entrego a ti, y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida. Son varias veces que en el momento del enlace nos dicen esto también: yo te recibo como esposa(o) y prometo amarte fielmente durante toda mi vida. Y .. ¿quieres recibir a… como esposa(o), y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y así, amarla y respetarla todos los días de tu vida?

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