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Permanecer y cambiar al mismo tiempo


Matrimonios: Vamos a dar una mirada atrás, cuando conocí a mi esposo, o a mi esposa, podemos remontarnos a cualquier lugar, una cafetería, un centro comercial, un cine, un autobús, una fiesta, el colegio, la universidad, etc., son muchos los sitios en donde hemos conocido a nuestra pareja, ¿fue un flechazo a primera vista?, ¿fue un conocimiento gradual?, en fin son muchas cosas las que en un primer momento nos llamaron la atención; sus manos, su cara, su forma de ser, sus actitudes, su forma de pensar, su forma de ver las cosas; hay muchas razones por las que alguna vez nos hemos enamorado y que ha hecho de nosotros una pareja ideal; hemos decidido dar el paso trascendental, ir al altar, digo al altar porque cualquier católico que sea practicante no se va a vivir así no más con su pareja, cuando somos conscientes de los sacramentos, por qué y para qué. La coherencia en este caso debe ir de la mano. Debemos estar seguros y orar mucho a Dios para no equivocarnos. Estar enamorados, amar de corazón y saber que estoy dispuesto a vivir toda la vida con ese ser que ahora quiero con todas las ganas, es estar dispuesto a que con el paso de los años, vamos a ir cambiando en muchas cosas, que nuestros caracteres pueden cambiar con los años, es estar dispuestos a seguir a quien está dispuesto a luchar a nuestro lado, en las dificultades, en los momentos tristes, en los alegres, en compartir con su familia, con mi familia, que llegarán muchos para compartir que son agradables y otros no tanto.

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